miércoles, 30 de junio de 2010

Alcanzar la sanación

La vida está llena de retos que debemos pasar para crecer lo mismo sucede en la vida espiritual. La vida actual ha llevado a las personas a la angustia a los miedos y al estrés, muchas veces las personas marchan en piloto automático y no piensan en la vida que llevan y los problemas vienen llegando acumulándose y nuestra vida no es una vida de santidad sino por lo contrario llena de pecado. Pero el Señor nos ha dicho en su palabra en Romanos 6,23 “Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”


Pero hermanos hay una buena noticia y promesa que nos da el Señor en su palabra en 2 da de Crónicas 7,14 “y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo les oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.”

Los pasos para lograr sanarnos físicamente y espiritualmente son:

Paso 1. Invocar el nombre de Dios con fe, clamar a Dios por tu vida, implorando por tu auxilio porque ya no podemos con nuestras propias fuerzas, no seamos católicos tibios dice la palabra de Dios en Romanos 8,5 “Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual.”

Clamar de corazón a Dios con deseo, el que desea poco de Dios poco recibe. Entrega toda tu carga al Señor y el te escuchara.

Paso 2. Humillarse y reconocer que Dios es poderoso, no ser soberbio y creer que con nuestras propias fuerzas alcanzare la felicidad. Humillarse no es flagelarse sino reconocer la verdad y que necesito de la gracia de Dios permanentemente. Dice la palabra de Dios en Filipenses 4,13 “Todo lo puedo en Aquel que me conforta.” Dobla tus rodillas, dispuesto alabar a dios

Paso 3. Tener una oración franca donde cuentas tus problemas, tus sentimientos, cuéntale como te sientes cargada de fe y humilde. Por ejemplo cuando te sientas agobiado puedes hablar con él como un amigo y proclama sus promesas:

Señor yo creo que tú me puedes perdonar, tú tienes poder para pagar mis deudas.

Señor me siento triste pero sé que tú me amas

Me siento económicamente en quiebra pero dice tu palabra que tu proveerás Señor en Filipenses 4, 19 “Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.

Paso 4. Buscar el rostro de Dios, la voluntad de Dios, esfuérzate por saber cual la voluntad de Dios, no busques que las cosas sucedan como queremos sino como la voluntad de Dios porque el sabe que es lo mejor para ti, no te dejes llevar por el mundo.

En este momento te pido que ores y le pidas al Señor que llene tu vida de bendiciones, el amor de Dios es incondicional y derramará su espíritu santo sobre nosotros.

Dios te bendiga!

Martín Olivares

lunes, 28 de junio de 2010

La impaciencia


La impaciencia es algo que nos pasa frecuentemente pero muchas veces esa impaciencia se rebela contra el proyecto que Dios tiene con nosotros. Dice la palabra de Dios en Números 21,4-9
“4 Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.
5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable."
6 Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.
7 El pueblo fue a decirle a Moisés: "Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes," Moisés intercedió por el pueblo.
8 Y dijo Yahveh a Moisés: "Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá."
9 Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.”
Muchas veces nos impacientamos y lo hacemos contra nuestra familia también. La impaciencia es un instrumento que usa Satanás para que no recibas la bendición de Dios. Hemos leído en la palabra de Dios que el pueblo de Israel se impaciento y renegó contra Dios.
Si haces un análisis de tu vida y te preguntas porque te pasan las cosas que te pasan que nos puedes decir respecto a la forma con que la vida te está tratando.
La impaciencia se manifiesta a través de la crítica al hermano, al amigo, a tu familia y lleva al fracaso espiritual. No salen las cosas como yo las quería y te frustras, eres intolerante llenando de odios contra el mundo y gente que te rodea. Indirectamente le decimos a Dios “yo quiero que hagas lo que a mí me da la gana” y como consecuencia de esto el Señor nos ignora porque tú quieres hacer su voluntad.
El camino de fe es un largo camina donde debemos tener mucha paciencia porque existe un plan perfecto de Dios.
Definamos la paciencia como la capacidad de soportar las molestas sin revelarse, si ya sabemos que Dios nos va dar lo mejor porque queremos cambiar el plan de Dios.
El impaciente no soporta las pruebas ni la corrección, a veces ya nos sentimos listos para hacer las cosas pero aun Dios quiere formarnos porque necesitamos estar fuertes. Cambiemos de actitud para tener una vida de plenitud porque si no vamos a ser infelices.
Dice la palabra de Dios en Salmo 25,3 “Aquellos que esperan en Dios no serán defraudados”, entonces no debemos consentir la impaciencia en nuestra vida.
Pero la pregunta es ¿Por que Dios espera? Porque en ese camino Dios nos instruye para darnos luego la bendición.

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