lunes, 28 de junio de 2010

La impaciencia


La impaciencia es algo que nos pasa frecuentemente pero muchas veces esa impaciencia se rebela contra el proyecto que Dios tiene con nosotros. Dice la palabra de Dios en Números 21,4-9
“4 Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.
5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable."
6 Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.
7 El pueblo fue a decirle a Moisés: "Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes," Moisés intercedió por el pueblo.
8 Y dijo Yahveh a Moisés: "Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá."
9 Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.”
Muchas veces nos impacientamos y lo hacemos contra nuestra familia también. La impaciencia es un instrumento que usa Satanás para que no recibas la bendición de Dios. Hemos leído en la palabra de Dios que el pueblo de Israel se impaciento y renegó contra Dios.
Si haces un análisis de tu vida y te preguntas porque te pasan las cosas que te pasan que nos puedes decir respecto a la forma con que la vida te está tratando.
La impaciencia se manifiesta a través de la crítica al hermano, al amigo, a tu familia y lleva al fracaso espiritual. No salen las cosas como yo las quería y te frustras, eres intolerante llenando de odios contra el mundo y gente que te rodea. Indirectamente le decimos a Dios “yo quiero que hagas lo que a mí me da la gana” y como consecuencia de esto el Señor nos ignora porque tú quieres hacer su voluntad.
El camino de fe es un largo camina donde debemos tener mucha paciencia porque existe un plan perfecto de Dios.
Definamos la paciencia como la capacidad de soportar las molestas sin revelarse, si ya sabemos que Dios nos va dar lo mejor porque queremos cambiar el plan de Dios.
El impaciente no soporta las pruebas ni la corrección, a veces ya nos sentimos listos para hacer las cosas pero aun Dios quiere formarnos porque necesitamos estar fuertes. Cambiemos de actitud para tener una vida de plenitud porque si no vamos a ser infelices.
Dice la palabra de Dios en Salmo 25,3 “Aquellos que esperan en Dios no serán defraudados”, entonces no debemos consentir la impaciencia en nuestra vida.
Pero la pregunta es ¿Por que Dios espera? Porque en ese camino Dios nos instruye para darnos luego la bendición.

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