Cuando era pequeño y tenía 10 años vivíamos en una ciudad del interior del país llamada Moquegua y aún recuerdo que nuestros amigos íbamos a cantar villancicos a los nacimientos de la ciudad con nuestras chapitas, botellas de vidrio y mucho entusiasmo cantábamos al niño Jesús.
Me acuerdo que regresaba a casa cansado justo antes de la medianoche pero lleno del espíritu navideño, recuerdos nacimientos de todo tipo desde lo más espectaculares y grandes y hasta los más humildes.
Saben esas navidades son las que más recuerdo, más que grandes regalos. El mundo actual y las estrategias de marketing han convertido a la navidad en un acontecimiento comercial obligándote a centrarte en los obsequios y no en el verdadero sentido de la navidad.
Es muy bueno enseñar a los niños a salirse de ese mundo comercial y enseñarles a compartir y a volver a celebrar la navidad en su verdadero sentido la llegada de nuestro salvador Jesucristo.
Dios los bendiga!
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