jueves, 15 de julio de 2010

Sanación de la fe

Había una vez un hombre vagando en el desierto que muria de sed y caminaba hora tras hora sin encontrar nada y de repente ve una cabaña ilusionado, pensó que era su salvación pero cuando entro en ella no encontró nada. Pero al instante miro que había un grifo de agua oxidado pero tenía la esperanza de encontrar agua y con mucha prisa y fuerza comenzó a presionar el grifo pero no consiguió ninguna gota de agua y el hombre se frustro más. Algo que muy a menudo nos sucede en nuestra vida cuando las cosas no salen como deseamos.


Entonces ya desanimado el hombre se echa al piso a morir y de repente ve una botella, y cuando la mira la recoge y contenía agua pero había instrucciones en un mensaje que decía “vierte el agua de esta botella echándole en la bomba primero para que salga más agua” después vuelve a llenar la botella para la próxima persona la utilice.

Y le entro una gran duda, o se tomaba el agua de la botella o hacia caso a las instrucciones que aparecían en la botella. ¿Qué hubieras echo tú?

Crees en el mensaje que está ahí o tomas el agua, es de vida o muerte. El hombre decidió creerle al mensaje de la botella y echo el agua en la bomba entre dudas y temores. Y comenzó a palanquear la bomba pero no salía agua hasta que en un momento salió un poquito de agua entusiasmado decidió seguir esforzándose y entonces le echo más ganas y salió un poco mas de agua y de repente después de mucho esfuerzo salió abundante agua para saciar su sed.

Lleno la botella con agua para que si venia otra persona también saciara su sed y añadió al mensaje con su puño y letra “crean en lo que está escrito”.

Hermano si esto lo pasamos a nuestra vida de fe, podríamos decir que estamos sedientos y que muchas veces no escuchamos lo que el Señor nos dice en su palabra porque no tenemos fe. Cuantos realmente estamos creyendo en la palabra de Dios, porque puedes llevar una vida religiosa pero sigues siendo una persona sin fe.

En la palabra de Dios de Marcos 6,1-6 dice:

“1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen.

2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: "¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?

3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?" Y se escandalizaban a causa de él.

4 Jesús les dijo: "Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio."

5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.

6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.

Te has preguntado porque no se han dado aun milagros en tu vida, la respuesta en la falta de fe. Dios nos deja en la libertad de creer o no creer. Dios no hace milagros porque no ve en tu corazón fe.

Muchos dicen yo si tengo fe, pero siguen andando preocupados y dudando. Decimos tener fe pero tenemos un problema pero no es (la salud, el dinero, u otra cosa) sino que no tenemos fe para afrontar tus problemas.

Entonces el primer paso es que pidamos al Señor que aumente nuestra fe. En tu vida está sucediendo lo que en mi boca estoy proclamando, a veces pensamos que Dios no nos escucha pero la pregunta es que mires en tu interior si es que tienes fe.

Después de mi conversión atravesamos uno de los peores momento económicos que he vivido había perdido todo lo material, un día con mi esposa nos miramos porque nos íbamos a mudar y ya no teníamos literalmente ni un centavo y no sabíamos que podría ocurrir. Estábamos perseverando en una célula católica y el sábado en el momento de la oración le pedí al Señor que me ayudara que confiaba en él. El domingo teníamos que dejar el departamento donde vivíamos y no teníamos para comer el siguiente día y al finalizar el día llega un hermano de la comunidad y nos dice que el Señor en su oración le había dicho que le entrego su diezmo a mi familia, me puse a llorar porque fue el primer milagro que experimente. Gracias a ese dinero pudimos vivir por un par de meses.

Y es que para que las cosas de Dios se manifiesten en tu vida tienes que tener fe hermano.

Que Dios te bendiga y te proteja.

Martín