miércoles, 14 de abril de 2010

Confianza


Hoy me levante lleno de ánimo y dando gracias al Señor. La semana pasada yo tuve una oportunidad laboral muy importante y le pedí al Señor me diga si era lo que el quería para mí. No encontraba aún segura respuesta pero el viernes por la mañana definitivamente el Señor me dijo en mi corazón que no. Me sentí desanimado, como un niño caprichoso que el padre le ha negado algún regalo. Acepte pero me sentía triste y me preguntaba” Jesús confió en ti” y porque tengo tantas dudas.
Hoy el día me trajo muchas pruebas, mi paciencia se vio probada con una serie de proyectos que pedían en el trabajo, se me complicaban algunas cuentas, y muchos cosas se iban acumulando llenándome de estrés. Basta ¡pedía, y decía dentro de mí no debo “preocuparme” y quería pedirle perdón al Señor por no aceptar su voluntad pero la obedecía aunque mi espíritu rebelde se negaba a tener paz.
Pero ya por la tarde Dios me daba pistas de lo que quería mostrarme, mi hija en la hora de almuerzo me abrazo y sonriendo me dijo “Papa mi profesora me felicito por mis buenas notas”.
Luego estuve con mi esposa acompañándola a la clínica dental de mi hija y también pasamos un tiempo valioso junto.
Al regresar a la oficina tenía un mail donde me mencionaban que querían contar conmigo para el proyecto en el cual no participe y que necesitaban comunicarse conmigo. EL SEÑOR me dijo tu eres libre yo quiero lo mejor para ti. Tú eres apreciado y te lo he demostrado, ten confianza en ti y en mí.
“Todo el que crea en él no será confundido” Romanos 10,11

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